Que la ciencia criptográfica sería algo así como el punto de encuentro entre hackers y militares, es algo ya conocido; de hecho, los Ministerios de Defensa conocen perfectamente la mejor forma de protegerse de l@s hackers también: tenerlos en nómina como asesor@s, atad@s de pies y manos con cláusulas de confidencialidad.
Carlos Sánchez Almeida explica cómo en tiempos prebélicos
como los actuales ésto se complica hasta límites que bien podrían ser extraídos de una película de
derechos-ficción. “Delitos como los de traición y contra la paz o la independencia del Estado, y relativos a la defensa nacional, que en muchos casos se refieren a actos de descubrimiento y revelación de secretos” son utilizados para censurar la libertad de expresión.
Hazañas bélicas propone como aliciente descubrir el mensaje cifrado que se encuentra escondido en los artículos 63.3 de la Constitución, y 590 del Código Penal Español. ¿Alguien se atreve?