Luis Jorge Boone da un paseo por su historia de lector decubriendo literatura fantástica: Arqueología personal de a seducción fantástica. [Ref.: @joseluiszarate]
«1990
La piedra angular de mi biblioteca no es el Quijote ni tampoco Pedro Páramo. El primer libro de mi absoluta propiedad —el resto llegaba para uso común de los menores de la casa— fue un tomo que se ofertaba como material de consulta: La enciclopedia de los monstruos. Su autor era un gringo bastante nebuloso, pues el libro no consignaba ficha ni datos suyos, aparte de que se trataba de un pionero en la difusión de la criptozoología, ciencia apócrifa de las formas de vida fantásticas y extrañas.»