Cada vez me cuesta más entender el rechazo y la opresión hacia los homosexuales y aprecio más las dificultades a las que estos se tienen que enfrentar a diario. Lean esta bonita nota de Odette Alonso: Muchachas tomadas de la mano.
«No relataré las confusiones, angustias, abusos, burlas, ataques, suspicacias, descréditos, insidias o limitaciones que un homosexual tiene que enfrentar. ¿Por qué tendrían que estar orgullosos un gay o una lesbiana?, suelen preguntar los críticos del orgullo ajeno, como si no pudiéramos estar orgullosos de lo que nos dé la regalada gana. Por ejemplo, de la valentía para asumir públicamente la especificidad “diferente” de una sexualidad que nos fue dada de manera natural.»