Julio Aramberri sobre el premio Nobel de la Paz de 2010 Liu Xiaobo, La soledad del héroe.
«Tampoco entonces era un subversivo. La huelga de hambre que inició junto con algunos colegas buscaba convencer a ambas partes de la necesidad de diálogo y compromiso. El 4 de junio de 1989, el día de la matanza, su mediación para que los estudiantes no opusiesen una resistencia desesperada salvó cientos de vidas. Pero las fuerzas del orden le habían calado. Era otro perro rabioso, otra mano negra, así que estuvo detenido hasta enero de 1991 y fue expulsado de la Universidad Normal de Pekín, en la que ya sólo cabían los anormales.»