Dan muchas satisfacciones, claro, pero tener hijos te cambia completamente la vida. Kiko Amat lo sabe perfectamente: 10 cosas que no puedes hacer si tienes hijos
«Cuando no tenía nada mejor que hacer iba a todas partes. Pasaba veladas enteras en compañía de enemigos acérrimos viendo a dúos de new-age marroquí o bailarines de thrash-metal suizo. Me importaban un pedo género, procedencia y sala. La cuestión era estar viendo grupos, en completa suspensión del juicio estético, botella en mano y mirada perdida, mientras iba empujando las horas hacia un año menos descorazonador. Ocasionalmente, y por pura probabilidad matemática, acababa viendo algún show remarcable, sin duda. Desde el 2007, sin embargo, planifico el pop como todo lo demás: con la rigurosidad y precisión de un ingeniero hidráulico; y a meses vista (compro las entradas antes de que el propio grupo tenga conocimiento de la gira en cuestión). También es reciente la estoica resignación con la que agarro el no poder acudir al gran show de mi artista favorito, casi siempre por emergencias infantiles. Lo siento, Robert Forster, pero tengo el mayor a 40º de fiebre. Espero que lo comprendas.»