Quizás no sepáis que el Apolo 11 estuvo a punto de no devolver con vida a los primeros astronautas en la luna. Fue por los pelos. Antonio Martínez Ron, El meteorólogo que salvó el Apolo 11.
«En un pequeño despacho de la base aérea de Hickam, en Hawái, el capitán Hank Brandli – del Servicio Meteorológico de Defensa – tenía un terrible secreto que no podía comunicar a la NASA. A 72 horas del amerizaje del Apolo 11, Brandli había recopilado las imágenes de un programa secreto de satélites y había descubierto un hecho terrible: sobre el lugar exacto del océano Pacífico en el que tenían previsto aterrizar los astronautas se estaba formando una gigantesca tormenta tropical, lo que en la jerga se conocía casualmente como un “águila gritando” (screaming eagle).»