Martín Schifino sobre las dificultades que supuso al escritor argentino la buena acogida de Rayuela: El éxito incómodo de Julio Cortázar.
«Empezando con la delgada línea que separa una de la otra, es evidente que pronto se vio obligado a responder a muchas más cartas que antes. Los resultados saltan a las vista en la edición misma, que concentra los primeros veinticinco años de cartas conservadas en un volumen y medio, mientras dedica tres y medio a los siguientes veintidós años, un período de medios masivos de comunicación durante el cual el género epistolar declinó considerablemente. Uno también percibe la creciente variedad de corresponsales del novelista famoso: aparte del elenco estable de amigos, familia y colegas, Cortázar empieza a escribirse regularmente con agentes literarios, editores extranjeros, profesores universitarios, estudiantes, organizadores de conferencias, funcionarios y políticos.»