Celaya y la poesía, la lucha, la vida, la pelea por el cambio. Magnífico Pere Montaner. Gabriel Celaya.
«Cuando Celaya publicó este poema, yo todavía no sabía leer y no sabía tampoco que había gente que se jugaba la libertad y la vida denunciando los atropellos, injusticias y abusos del Poder en cualquiera de sus formas. Recordar estas cosas no es baladí: sirve para tomar conciencia del paso del tiempo y de la dimensión intemporal de la rebeldía. En este caso, la rebeldía de un poeta comprometido con la sociedad y los hombres de su época, al que no le importó ejercer de ingeniero del verso y mancharse las manos, como un obrero en la fábrica, porque “en un poema debe haber barro, ideas, calor animal. Y debe haber también retórica, descripciones y argumentos, y hasta política”. Pero no solo política. La preocupación de Celaya por el hombre siempre fue más allá de la política. Tiene que ver con la libertad y el silencio, con la soledad y el amor, con la vida y la muerte, porque cuando llega el momento de hacer frente a las auténticas verdades, “todo, incluso nuestros heroicos combates y nuestros sabios debates parecen entonces una burla”.»