Reflexiona Pablo Hernando cómo ese acceso a casi cualquier realidad que nos da YouTube hace que el cine cada vez tenga más complicado convencernos de que eso que vemos en pantalla es “real”. La fuerza de la gravedad.
« La propia acumulación histórica de las películas y el progreso técnico va poniendo el listón cada vez más alto en cuanto a lo que es creíble, lo que es novedoso y lo que es fascinante. El listón también sube o baja en función de nuestra experiencia en la vida real. Si sabemos que en la realidad las botellas de cerveza no revientan cuando golpeas con una a alguien en la cabeza, es probable que torzamos el morro cuando veamos que esto sí pasa en las películas. Y al revés: si por fin alguien se digna a rodar una pelea de bar en la que las botellas no explotan en contacto con los cráneos seguramente tenga nuestra atención (la mía por lo menos).»