Junto a la estación de Vanarasi (Benarés, India) hay un slum. Lo que no puede imaginarse lo ha visto Juan Luis Sánchez: Parada en el andén de la miseria
«Los chavales trabajan en la estación, o más bien de la estación, parasitando la enorme actividad humana que genera el principal nodo de comunicaciones del norte de la India: rellenan botellas de agua en fuentes públicas y las venden a 5 rupias dentro de los trenes; piden dinero entre vagones con hermanos pequeños en brazos, roban carteras tirando de picaresca; sacan el combustible de las locomotoras, limpian zapatos, se prostituyen. “Mi vida está arruinada, pero me gustaría que la de mis hijos fuera mejor y en este ambiente va a ser imposible”, dice Sandosh Punjab, una madre de 3 hijos y 5 hijas.»