Sergio Parra pone algunos ejemplos de cómo a lo largo de la historia los rasgos faciales fueron utilizados para segregar o estigmatizar a las personas: De caras, ojos y narices como forma de catalogar a las personas (y hasta de eliminarlas). Muy ligero, pero curioso.
“Y es que la belleza ha tenido siempre un gran protagonismo a la hora de evaluar la pureza de una persona, incluso a nivel moral. Que se lo digan a Friné, la hetaira de la antigua Grecia que fue absuelta por su belleza: enseñó su cuerpo desnudo al jurado, y su abogado defensor alegó que alguien tan bello no podía causar el mal a nadie.”