El autor del artículo que anoto —un en definitiva anónimo
Santiago— no sólo ha estudiado (deduzco) en la misma facultad que yo, sino que debió de hacerlo más o menos por las mismas fechas porque le enseñaron las mismas tonterías que a mí. Artículo de obligada lectura (el que no lo lea responderá ante dios o ante el diablo): se puede no estar de acuerdo en todo lo que dice, pero su conclusión es necesaria y, creo yo, poco discutible: la enseñanza de la lengua es patética, diacrónicamente malintencionada e inútil: “sería fácil hacer un pequeño plan de estudios para enseñar a los niños las tácticas de manipulación de conceptos y del lenguaje que se emplea en la publicidad, cómo se generan estados alfa en la mente por medio de la televisión para generar fases de alteración de la conciencia y permitir la sugestionabilidad, y todo lo que en general se llama la programación neurolingüística [...], disciplina a la que son adeptos desde los ejecutivos de la Coca-Cola hasta el último pie tierno metido en política. Pero después no podríamos evitar que se partiesen de risa ante un espacio electoral, o en el caso más grave que fuesen al Congreso y los sacasen de allí a patadas en el culo.”
Dinamita en la palabra.
2003-03-03 04:36 Gracias por el enlace, artículo que pienso guardar y releer. Además, cito “por desgracia una de las constantes en el estudio de las humanidades es despojarlas de su mismo carácter y presentar hechos subjetivos y afirmaciones ideológicas como fríos enunciados científicos y como una realidad probada, desde el estudio de la lengua al de la Historia del Arte, cuando precisamente en las humanidades es donde más hincapié se debería hacer en el carácter humano de elaboración personal y colectivo de ese tipo de conocimiento” Esto reafirma la idea: Hace falta, en la enseñanza, herramientas que nos ayuden a entender, o mejor: a sentir las obras de arte. Así, la lectura de catálogos, diccionarios, o listados del tipo Las Cien Mejores Obras del Siglo XX se convertiría en una diversión, los chistes provocan risa y, como redescubren los médicos, favorece la salud.
2003-03-03 11:24 Gracias, pero en realidad el artículo lo descubrió David de Ugarte y me puso sobre la pista ;) Sí, seguimos en la cultura de los datos; o volvemos a ella. Sé que El quijote lo escribió Cervantes en 1605/1615, pero nada de la belleza que encierra. Saludos.