Manuel Jabois describe esa triste realidad llena de periodistas que uy si contaran lo que saben, ¡uy! Valer por lo que callas.
«No todos tienen el tacto de un antiguo jefe del PSOE de Sanxenxo que me recibió en su despacho y me enseñó un documento sobre el puerto deportivo que dejaba en evidencia al PP. Aquello era una apertura a cinco columnas. “Esto yo no te lo puedo dar”, me dijo de repente, “porque es un escándalo gordísimo y nosotros miramos primero por el pueblo y luego ya está la lucha política”. Sopesé matarlo. Y antes de que pudiese hacerlo, se levantó y dijo: “Oye, me tengo que ir diez minutos aquí al lado y vengo ahora. Discúlpame un momento”. Se fue de la sede y a los diez minutos lo escuché desde la puerta: “Bueeeno, ya estoy aquí”. Cerré la libreta a toda prisa y me acomodé en el sillón pensando que si de mayor no podía ser diablo, tendría que ser político.»