Pepo Pérez comenta muy jugosamente una especie de libro (cómic) de memorias de Harvey Kurtzman, Yo quería hacer un cómic que contara la verdad.
«Hay varios detalles significativos en estas memorias. En primer lugar, el tono. Kurtzman simplifica mucho los hechos y habla en un tono sencillo y sumamente didáctico que parece pensado «para todos los públicos». Leyendo este librito he tenido la sensación continua de que el autor parece dirigirse más a chavales, adolescentes o jóvenes estudiantes que a los adultos, y tal vez –tal vez– se deba a que esa sensibilidad «para todas las edades» ha pesado en Kurtzman desde que dedicara la primera mitad de su carrera justamente producir comic books para chavales, incluyendo los primeros veintitantos números de MAD.»