Máriam Martínez-Bascuñán habla del uso reivindicativo que hace la mujer de su propio cuerpo. Amina y los cuerpos que hablan. Vía @izquierdojosep.
«Ya lo decía Simone de Beauvoir, “la mujer, como el hombre, es su cuerpo”. Pero las mujeres somos más cuerpo que los hombres. Si hay alguna circunstancia que determine la situación de la mujer en el mundo, esa es su cuerpo, haber sido definida primero como cuerpo. Toda la revisión feminista trata de demostrar que este hecho ha supuesto negarle la subjetividad para convertirla en objeto. En cuerpo-objeto. Conscientes de ello, en algunas culturas las mujeres deciden enseñarlo, y en otras, taparlo. No deja de ser irónico pues, que en Occidente los cuerpos invisibles se hagan visibles en el espacio público gracias a los velos, y que en Oriente, los cuerpos se desvelen librándose del velo. En ambos territorios la estrategia política es la misma, transformar el punto débil en instrumento de ataque. La reapropiación de ese cuerpo reducido a objeto, en imagen subversiva. Desde esa perspectiva podemos aprender que en Occidente debe cuestionarse ese imaginario colectivo que relaciona de forma automática velo con opresión de género. Y quizás en Oriente, que el cuerpo no tiene por qué ser un instrumento de opresión, sino de liberación.»