El español Javier Marías se despachó a su gusto con la vida y la perspectiva poética de Rilke. Lo hizo en el libro Vidas escritas, de 1999, pero vale la pena repasar ese texto unos años después: Javier Marías: Rainer María Rilke a la espera.
«Como buen poeta, Rilke comulgaba mucho, no sólo con los animales sino con los astros, la tierra, los árboles, los dioses, los monumentos, los cuadros, los héroes, los minerales, los muertos (sobre todo con las muertas jóvenes y enamoradas), algo menos con sus vivos semejantes. El hecho de que un personaje tan sensible y comulgante resultara ser el más grande poeta del siglo (de eso hay escasa duda) ha traído consecuencias nefastas para la mayoría de los líricos que después de él han sido, quienes siguen comulgando indiscriminadamente con cuanto se les ofrece, con resultados, sin embargo, menos excepcionales y con grave menoscabo de sus personalidades. Dicho sea esto de paso.»