La frontera mejicana como un coladero descontrolado de terroristas y traficantes, y la porquería que enfanga a las agencias de inteligencia estadounidenses en materia terrorista: Frontera y terror. La DEA, el FBI, los Zetas y los nuevos agentes migratorios de México, por Bruno H. Piché.
«Un hecho incontrovertible es que Abdullahi Omar Fidse, de 29 años de edad y origen somalí, entró el 24 de junio de 2008 sin ningún tipo de identificación en Estados Unidos, vía la aduana de Hidalgo-Texas. De allí fue trasladado al Centro de Detención Federal del Sur de Texas, mientras el Joint Terrorism Task Force (integrado por agentes del FBI, la Unidad de Investigaciones y Servicios de Inmigración del Departamento de Seguridad Interior [Homeland Security], la Patrulla Fronteriza y la fiscalía del Departamento de Justicia), investigaban su caso y buscaban, como se dice en el argot investigativo, conectar los puntos de una historia que, a la postre, poco tendría que ver con los infortunios de un joven somalí.»