En los años 60, en un lugar de La Mancha llamado Tomelloso, un sencillo comisario resuelve crímenes con inusitada lucidez. Ana Lorite Gómez escribe una nostálgica semblanza de Plinio, el detective patrio por excelencia… en un lugar de la Mancha
«Profundo conocedor del alma humana, Plinio se enfrenta al lado más oscuro del comportamiento de sus vecinos: la pobreza, la envida, la mezquindad en sus diversas manifestaciones -criadas que quieren ser señoras, disputas por herencias, padres y hermanos que cometen crímenes de honor. Y a “los señoritos”, la gente bien del pueblo tan amarrada a su poder y a sus prebendas, que le pueden arruinar la vida con una simple llamada a Madrid.»