Juan Francisco Ferré escribe sobre Luis Buñuel en el trigésimo aniversario de su muerte. Ese oscuro deseo de Buñuel.
«La secuencia final de Tristana, cuando la muerte de Don Lope descompone el sistema narrativo decimonónico de la trama (invirtiendo el orden cronológico de los planos y los tañidos fúnebres de la banda sonora), es la más evidente exposición de sus corrosivos efectos e intenciones. Un cineasta formado en la lectura de Sade y Lautréamont no podía sino ofrecer un cuadro sulfúreo del orden social y las relaciones humanas. Si sólo fuera por esto, ya Luis Buñuel ocuparía para mí el pináculo de un arte como el cinematográfico tan supeditado habitualmente, incluidas muchas de sus muestras más brillantes, a los imperativos del conformismo y la mediocridad. »