Pablo Echenique-Robba opina sobre la regulación de asistentes sexuales a discapacitados. Y opina que cosas como estas no se pueden valorar con un palillo en la boca en la barra del bar. Por qué lo llaman ‘sexo’ cuando quieren decir ‘amor’.
«En este sentido, es bueno tener en cuenta que no es lo mismo una persona que no pueda satifacerse a sí misma sexualmente, es decir, que su discapacidad le impida masturbarse, que una persona que sí pueda hacer esto pero no consiga una pareja sexual para hacer cositas de a dos. Podemos pensar que la primera persona tendrá necesidades psicológicas más intensas, o incluso físicas. Pero también podemos pensar lo contrario: que serán menores (al fin y al cabo, si nunca has probado el chocolate, sólo es algo que a los demás les gusta). Lo cierto es que yo no lo sé… aunque intuyo que son situaciones muy distintas.»