Elia Martínez Rodarte insiste sobre algo que debería ser ya una obviedad: el porno no representa una realidad, sino que la ficciona. La pornografía NO es educativa… (todavía).
«El sexo, la sexualidad y las sexosidades que vemos en la pornografía son simulaciones eróticas coreografiadas para excitar los sentidos de quienes ven esas imágenes y escuchan esos sonidos. Por eso la gente usa la pornografía para masturbarse.
Pero que quede claro: es una actuación. ¿Han visto cómo se filma una cinta? Para hacer cualquier película ensayan, cortan, mueven la cámara o las luces hacia otra posición…Ahora imaginen en la filmación de pornografía: los cortes porque se le bajó la erección al muchacho que aparece de semental, o que traigan un kleenex porque se le corrió el rímel a la estrella, o que se rompió el condón.»