La idea de que la cultura es como una segunda naturaleza queda clara cuando Paloma Goñi va y se pregunta: ¿Y si no me depilo?.
«Pensándolo fríamente, me parece asombroso cómo hemos llegado a un punto en el que una mujer que no se quita sus propios pelos, los pelos que le crecen sí o sí, sea un especimen raro. No estoy juzgando a las millones de mujeres que se depilan porque quieren (aunque habría que ahondar para saber por qué quieren), pero sí estoy criticando que hayamos llegado un punto en el que no hay elección. No podemos elegir si nos depilamos o no. Se da por hecho. Y punto.»