Qué difícil resulta hoy en día escribir de ciclismo, un deporte donde el presente está en permanente sospecha y el pasado en continua revisión. Lo plantea Carlos Zumer en Escribir de ciclismo (en los tiempos de la EPO).
«El resultado es un deporte carente de relato estable, sin cimiento alguno en el que sostenerse. Nada existe sin credibilidad y, por supuesto, sin ídolos, como un fútbol que repudiara a Maradona o un tenis que se avergonzara de Federer. Odiosas comparaciones aparte, el ciclismo se ha convertido en una rueda de reconocimiento constante. El motivo es la simple evidencia médica, ya fuera en la época de la EPO –volando completamente fuera de los radares– o más actualmente con hormonas de crecimiento y filetones. De Bugno a Virenque, de Indurain a Cancellara. ¿Por quién poner la mano en el fuego? El ciclismo parece un juego lampedusiano en el que se supone que cambian cosas para que todo siga igual, pese a las alarmantes señales que emite.»