Dice Javi Martín con razón que el penalti de Panenka ya ha dejado de sorprendernos como nos sorprendía hace no tanto. El penalti a lo Panenka es el nuevo gin-tonic.
«Durante años el penalti a lo Panenka fue una especie de animal mitológico, objeto de historias contadas por los más viejos del lugar que los jóvenes escuchábamos fascinados. Nos hablaban de un futbolista checo que, jugándose la final de la Eurocopa contra Alemania en la tanda de penaltis, se inventó un lanzamiento nunca antes visto. Antonin Panenka, que así se llamaba el hombre en cuestión, en lugar de lanzar el tradicional balonazo intentando poner la bola fuera del alcance del portero, acarició balón con un toque sutil para que se colara suavemente por el centro de la puerta, mientras Maier, el meta alemán, se dejaba caer hacia un lado. Ese insólito lanzamiento le dio a la selección de Checoslovaquia el único título de su historia.»