Del surrealismo al infrarrealismo, un atajo, donde Jaime Moreno Villarreal hace un viaje desde la vanguardia clásica a su epígono contemporáneo.
«Al ocuparse de este rasgo del “suprarrealismo”,5 Ortega acuña el término “infrarrealismo”: mientras que el primero abandonaba el uso de la antigua metáfora poética como puro ornamento para transformarla en la verdadera sustancia de la poesía, el segundo rebajaría, mediante la metáfora, la realidad: “Basta con invertir la jerarquía y hacer un arte donde aparezcan en primer plano, destacados con aire monumental, los mínimos sucesos de la vida. A la ascensión poética puede sustituirse una inmersión bajo el nivel de la perspectiva natural.” Lo que se manifestaría así en la prosa de vanguardia: “El procedimiento consiste sencillamente en hacer protagonistas del drama vital los barrios bajos de la atención, lo que de ordinario desatendemos.”»