Fernando Tricas sobre la imposible (¿e indeseable?) pretensión del Derecho al olvido en Internet.
«De hecho, hacer creer a la gente (y cobrarlo, como hacen algunas empresas) que con no salir en el buscador ya hemos conseguido que la información desaparezca es, cuando menos, de dudosa seriedad. Y seguramente, una simulación (en diferido, bla, bla, bla… perdón por la tontería) que puede interesar poco a nadie.»