Casi todos los viernes, Juan Forn escribe con sencilla maestría la contratapa del periódico argentino Página 12. Suelen ser crónicas históricas sobre personajes vinculados con la literatura o el arte. Suelen tener una dimensión moral conflictiva y una dimensión conmovedora que siempre las hace vigentes. La última publicada: El hombre que reía sin separar los labios.
«Ni esa hija ni las demás personas que conocían a Karel Fabian sabían que había sido Edvard Kirchberger, que hizo todo lo que hizo por obediencia al único imperativo que rigió su vida: seguir escribiendo sus novelitas, sabiendo que después de cada comida serían destruidos el cuenco y la cuchara que habían pasado por sus manos.»