Esta vez el título de este texto de Antonio Martínez Ron es lo suficientemente descriptivo para no tener que decir nada más. El pez que puede cambiar lo que sabemos de los océanos.
«Durante la Segunda Guerra Mundial, los técnicos de la Marina de Estados Unidos que manejaban los equipos de sónar para detectar submarinos alemanes se encontraban cada tarde con un curioso fenómeno. La señal de sus equipos chocaba con una desconcertante capa reflectora de sonido que aparecía por las noches y desaparecía al amanecer. Tras décadas de estudio, los biólogos marinos descubrieron que se trataba de la mayor migración diaria del planeta: millones de criaturas microscópicas (que componen el zooplancton) ascienden cada noche desde las profundidades del océano para alimentarse y regresar al fondo del mar al cabo de unas horas.»