Natalia de la Cuesta echa un vistazo a la situación de Rio de Janeiro a un año del Mundial de fútbol y tres de los Juegos Olímpicos. Río blinda sus favelas para el examen olímpico.
«El secretario de Seguridad del Estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, ha insistido muchas veces en esta cuestión: la pacificación nace con el foco puesto en acabar con la violencia y las armas en las favelas, pero no con la compraventa de drogas. Un matiz que apunta a la descriminalización de las drogas y abre el debate, todavía tímido en Brasil, sobre la legalización del consumo. La última Ley de Drogas de 2006 distingue entre las penas a las que se enfrenta un consumidor o un traficante (solo este último puede ir a la cárcel), pero la falta de una definición estricta acaba poniendo en las manos de la policía y de la Justicia la responsabilidad de decidir quién es quién.»