Jorge Fondebrider, mediante un compendio de entrevistas, traza un panorama crítico de la evolución reciente del tango en las dos orillas del Río de la Plata. Por otros medios.
«La cosa, sin embargo, se complica con los cantantes. “No veo nada así en los cantantes” señala crítico el veterano Horacio Molina. “No logro que ninguno me interese. Uno puede meter algo aquí o allá, pero cuando se canta tango tiene que sonar a tango. Acá hubo un estancamiento, letristas que, a partir de los años sesenta, salvo excepciones, no estuvieron a la altura. Y se sigue recurriendo a un repertorio clásico que exige sutileza, pero al que se lo encara cada vez con más violencia. No es necesario cantar dando la impresión de que en cualquier momento te vas a morir. Leés el texto y te decís que no era para tanto. El problema está en el marketing. En vez de reconocer influencias, que es lo normal, la gente buscó separarse. Y la cosa no va por ahí.“»
2013-06-17 20:27
Coincido plenamente con la declinación de los cantantes. El suave enlace al cambiar los tonos manteniendo un sutil vibrato
entre otras calidadesha desaparecido