Hace un par de días discutíamos aquí la cuestión de las legitimidades democráticas. A esta democracia, se sabe, le queda mucho por hacer, aún sin cambiar la Constitución. Los partidos de la oposición deberían poner estos desarrollos, que no reformas, en sus programas electorales.
Cristina Narbona: Una democracia donde los gobernantes no confundan los votos que han obtenido con un cheque en blanco, que les autoriza a tomar decisiones sin un mínimo consenso con los sectores afectados (Plan Hidrológico Nacional, “decretazo”...), o sin consultar con la comunidad científica a la hora de enfrentarse con riesgos complejos (Prestige), o sin explicar, con sinceridad, las razones de una guerra.”
Manifestaciones ‘versus’ elecciones. Lo malo es que cuando los partidos llegan al poder, tienden a repetir este error de prepotencia.