Ramón Lobo soñó la otra noche que dirigía un periódico. Y hacía lo contrario de lo que vemos a diario en los periódicos actuales. Director o becario.
«Esta noche he soñado que dirigía un periódico. Lo hacía todo al revés: nada de declaraciones, nada de agenda. El trabajo del periodista no es recoger lo previsto, lo que todos saben que va a suceder, lo que nos quieren vender en ruedas de prensa (en España sin preguntas y sin presidente), la cita del Congreso a las cuatro de la tarde. Nuestro trabajo es descubrir lo que nadie sabe, lo que se desea esconder, las historias en las que pocos reparan.»