Al final todos dependemos de 200 hilos, la red de cables submarinos que conforman la red de redes. Una explicación muy interesante de Marta Peirano: Quinientas cincuenta mil leguas de cable submarino.
«A la contingencia del fondo marino, nuestra infraestructura global es vulnerable a los problemas derivados de la relación entre vecinos que están conectados tecnológicamente, pero no social, política y económicamente. La red de cables submarinos está regulada desde 1982 por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y ésta prescribe que, en aguas internacionales, “todos los estados tienen derecho a tirar cable submarino y a mantenerlo y repararlo como sea conveniente”. Los estados costeros, sin embargo, podrán ejercerán su soberanía en un cinturón náutico de 12 millas en la costa adyacente a su territorio nacional.»