Pesimista, Borja Barba encuentra un paralelismo entre la caída en desgracia del fútbol italiano a finales de los noventa y la situación actual del fútbol español. Italia-España. Un paralelismo.
«El fútbol italiano envejeció de golpe y sin capacidad para remediarlo. De conquistador apolíneo pasó a viejo verde barrigudo. Seguía conservando cierto encanto que a simple vista podía llegar a engatusar, pero lo perdía en cuanto abría la boca. Los años de bonanza quedaron atrás. La estela mundialista era ya un simple destello en el horizonte lejano que había perdido toda su capacidad de influencia, porque el dinero dura lo que dura, sobre todo cuando no se tienen miramientos con él. A cambio, Italia heredó las lógicas consecuencias del derroche. Fuga masiva de estrellas extranjeras, recesión drástica en la producción, cuidado y promoción del talento nacional y un aspecto decadente en unos estadios mastodónticos que exhibían cemento en cada graderío. El aficionado acabó dando la espalda al fútbol y el quimérico modelo económico sobre el que se sustentaba el antaño deslumbrante imperio calcistico acabó derrumbándose por completo. Italia, la gloriosa y atrayente, acabó convertida en amaños, turbias acusaciones de dopaje y cemento, mucho cemento.»