El gran problema de la tecnología es que no sabemos como usarla. Un tanto por ciento muy elevado de los ordenadores domésticos son utilizados exclusivamente para chatear, para jugar o como procesador de textos. En la misma línea, los gobiernos hablan de modernizar los equipos informáticos de los colegios, pero nada hacen para que se sepa qué hacer con ellos, cómo utilizarlos, cómo servirse de ellos en la enseñanza.
Rosanna Marotta Lanzieri pide
Más aprendizaje y menos tecnología: “Estoy convencida de que el éxito de cualquier programa de formación (virtual o no) tiene que ver directamente con la manera en que es diseñado el flujo de comunicación entre los participantes, los agentes que intervienen, los roles, los tiempos de respuesta y el feedback obtenido.”