Otro de los repasos estupendos que hace Carolina Velasco por la carrera musical de algún mito, en este caso Patti Smith. Mujeres de ida y vuelta: Patti Smith.
«Patricia Lee Smith llegó a Nueva York a los 21 años sin dinero ni contactos, buscando hacer realidad su sueño de dedicarse al arte y huyendo de una vida sin muchas esperanzas en New Jersey, donde trabajaba en una fábrica (época que inmortalizó en “Piss Factory”) y tras pasar un embarazo no deseado que se saldó con el parto y posterior entrega en adopción de una niña. Aunque lo de los comienzos difíciles en Nueva York parece un cliché manido, en el caso de Patti Smith se ajusta mucho a la realidad. De esos difíciles comienzos da buena cuenta en “Just Kids”, el libro que publicó en 2010 y que le valió el National Book Award en Estados Unidos [“Éramos Unos Niños” en la traducción al español publicada por Mondadori]. Ahí relata Smith cómo pasó en la calle los primeros días y cómo conoció a Robbert Mapplethorpe, en un relato con tintes casi mitológicos y en el que se dan la mano su obsesión por William Blake, su obsesiva búsqueda de una voz propia y una serie de encuentros con artistas consagrados como Janis Joplin o William Burroughs, que en el primer caso no dejaría de ser un momento fatuo, y en el segundo, el inicio de una amistad basada en la admiración mutua.»