No siempre cuando muere el perro se acabó la rabia. Raúl Argemí, No voy a festejar la muerte de Videla.
« Yo no festejaré su muerte. Prefiero dar algo de aliento a la memoria, tal vez para preguntarme qué festejan, y quiénes son los que festejan. Tal vez porque esas manifestaciones de alegría me hacen recordar las de los españoles tras la muerte de Francisco Franco. Franco murió en su cama, y sin que nadie lo llevara ante la justicia para que respondiera por miles de asesinados. Gente que después de la Guerra Civil se entregó, por la promesa de ser juzgados legal y equilibradamente. Gente que recibió por justicia un par de balazos y entierro, como perros, en alguna cuneta a la salida de su pueblo, donde todavía siguen sus huesos. Muchas veces me he preguntado qué festejaban los españoles con la muerte de Franco.»