Como el hombre es el único animal que tropieza nueve veces en la misma piedra (y a la décima la cambia de sitio para que tropiece otro) tampoco el conocimiento de la historia nos exime de repetirla, pero por intentarlo que no quede.
Bengt Oldenburg nos recuerda los acontecimientos que, tras el hundimiento del Maine en 1898, llevaron a Estados Unidos a iniciar su expansión político-militar: “Berveridge hizo su discurso más famoso ante el senado el 9 de enero de 1900.
Dios no ha preparado a los pueblos de habla inglesa y a los teutones durante mil años sólo para que, ociosos, se contemplen y se admiren a sí mismos. ¡No! Nos hizo los supremos organizadores del mundo para establecer un sistema donde reinaba el caos.”
Antecedentes para un futuro inmediato.