Iker Zabala hace su tercera entrega sobre Polanski en Roman Polanski (III): el diablo en casa, en la que relata entre otras cosas el escalofriante y absurdo crimen que acabó con la vida de su esposa y de otros cuatro amigos en su casa de Cielo Drive.
«Se ha dicho que Manson guardaba un rencor especial hacia Terry Melcher, el empresario discográfico al que hizo escuchar sin éxito sus demenciales grabaciones como cantautor. Melcher había vivido en el 10050 de Cielo Drive justo antes de los Polanski, y se ha especulado con que el crimen fuera una venganza personal. Sin embargo, Manson ya sabía que Melcher no vivía allí, pues él mismo, en persona, se había presentado en Cielo Drive preguntando por él cinco meses antes de los asesinatos. Tras informársele de que la casa había cambiado de dueño, un amigo de los Polanski le invitó a abandonar la propiedad inmediatamente, quién sabe si despertando en la mente del psicópata un nuevo rencor hacia la clase acomodada.»