Sobre el general republicano y científico Emilio Herrera, El juramento, por Rafael Argullol.
«Católico y monárquico, le había sido otorgado por el rey, a consecuencia de sus méritos científicos, el título de Gentilhombre de Cámara. En 1931, tras la proclamación de la República, Herrera realizó un viaje a París, donde se hallaba exiliado el rey, para pedir personalmente la liberación del vínculo. Alfonso XIII le excusó de su juramento, de modo que pudiese sentirse libre para elegir. Después de agradecerle el gesto Herrera comunicó al monarca que optaba por la causa republicana y que, en consecuencia, mantendría hasta el final el juramento de lealtad a la República que, como militar, iba a realizar.»