Alejandro Polanco Masa ha investigado cuánto hay de verdad en la leyenda que atribuye a Heinrich Rudolf Hertz el haber dicho que las ondas de radio no tenían ninguna utilidad práctica, y parece que no pasa de leyenda urbana. En Las (posiblemente) inútiles ondas electromagnéticas.
«Hertz diseñó un precioso montaje experimental que utilizó entre 1886 y 1888 para producir, y detectar, ondas electromagnéticas, en el modo en que había predicho ese gigante nunca suficientemente ponderado que había sido Maxwell. En ese tiempo muchos dudaban todavía de la existencia de tales ondas y, claro está, la radio era sólo un sueño. El montaje estaba formado por un circuito eléctrico que generaba corrientes oscilantes y, por otra parte, un detector. El emisor era simplemente un circuito con un transformador y condensadores conectados a dos esferas de metal separadas entre sí por un espacio muy pequeño. Al alcanzar la tensión entre las esferas un máximo, saltaba una chispa entre ellas.»