Verónica Rocasé habla sobre los periodistas que ponen en riesgo su vida para cubrir una información o hacer un reportaje. Cuando contar la vida cuesta la vida.
«El mundo tecnológico en que vivimos nos permite seguir en directo la noticia, ir a la caza de la información desde la tranquilidad de nuestros hogares o lugares de trabajo. Así, asistimos expectantes a los resultados de un partido de fútbol o a la inauguración de un evento. Vibramos con el lado lúdico y bonito de la primicia. No obstante, también nos sobrecogemos con alguna catástrofe transmitida “in situ” o nos indignamos con las imágenes de los conflictos bélicos. Pero, ¿quiénes nos traen las noticias desde el lugar en que se producen, aún a costa de poner en peligro su integridad física? Son hombres y mujeres que han hecho del periodismo, con título o sin él, su profesión y su vocación. Son los ojos de los espectadores y la voz de los silenciados.»