La imputación de la infanta Cristina es la gota que viene a desbordar el vaso de agua putrefacta y maloliente que es el estado español. Andrés Boix Palop describe el panorama: Hacia el fin de la Segunda Restauración Borbónica.
«Quienes más cerquita han estado tapando miserias y sufriendo desplantes, pero llevándolo con española resignación y cálculo castizo de que alguna migaja o alguna caricia caería de vez en cuando son muy peligrosos en estas situaciones. España está llena de gente así entre la clase política y entre los periodistas de más campanillas. Que se anden con ojo los Borbones que el día que el chiringuito se venga abajo los fuegos artificiales van a ser orgásmicos, tal que si todos pudiéramos corrernos unas buenas juergas de esas propias de jeques saudíes.»