Mercedes Estramil realiza una muy buena presentación de la obra poética de Paul Auster en una reseña que lleva por título: Refugio de juventud.
«El resultado no puede ser otra cosa que desasosiego (del escritor y del lector), impotencia frente al material, el medio y el mensaje. Pero también está el goce de la ejecución, donde el poeta reivindica su dominio de caza, en este caso erigiéndose como un cazador oculto, conflictuado y ermitaño. En parte porque sabe, reconoce, que la presa no es ni será nunca suya, que la poesía en el mejor de los casos es una concesión a término, como el conocimiento, el amor o la vida.»