Breve texto de Jimina Sabadú con una idea clara: la ironía está matando el disfrute puro y sincero. Esclavos de la ironía.
«Decía Foster Wallace que la ironía acaba siendo la cárcel de los que han perdido la fuerza para luchar contra su cautiverio. Si eso es así, cada evento que nos llega a Facebook nos demuestra que somos más esclavos que nunca. Todo lo que parece llegar son reconstrucciones irónicas de un mundo en el que nos sentimos de vuelta. La música se escucha desde la distancia. Las películas se ven con un gesto de superioridad, y las exposiciones se visitan desde un pedestal más alto que aquello que se expone. Los libros y las presentaciones no son más que materia de charla, como también lo son, por supuesto desde la ironía, los programas de televisión que todos detestamos.»