Álvaro Corazón Rural hace una larguísima entrevista a Hristo Stoichkov, el mejor jugador búlgaro de todos los tiempos. Hristo Stoichkov: “No sé si el Barça entonces tenía complejos, sé que llegué yo y no tuvo más”.
«En realidad, yo era atleta. Comencé a hacer deporte en el atletismo. Corría 60 metros, 100 metros. Entonces era muy rápido. Y aún lo soy, ¿eh? Un día apareció el entrenador, se acercó y me dijo: “¿Quieres jugar al fútbol?”. Así empecé en el Maritza Plovdiv. La Maritza era una fábrica textil. También trabajaba en ella. Iba al colegio y luego a la fábrica cuatro o cinco horas. Desgraciadamente, con 13 o 14 años tuve que irme de Plovdiv para poder jugar. Con el comunismo existía el problema de que no me dejaban mejorar. Yo era muy pequeñito, pesaba 30 kilos mojado, y muy bajo de altura, no contaban conmigo. Los grandes no me cogían porque era pequeño y los pequeños porque era grande. Me tuve que buscar otra ciudad para poder seguir. Nos marchamos al lado de la frontera con Turquía, a una ciudad muy pequeñita, Kharmanli, de 30.000 habitantes. Ahí jugué en tercera división durante dos años y me fichó el CSKA. Directamente desde tercera. Con 17 o 18 años, estar en el CSKA fue como un sueño. »