Sevilla’99: la mejor final de 1500 de la historia. Eso es lo que opina Carlos Zúmer, que vivió la carrera en directo, y yo no me atrevo a llevarle la contraria.
«No vi la carrera en la tele, en las voces de Gregorio Parra, José Luis González y Carlos Martín, porque pude estar en el lugar. Por suerte, asistí in situ a la mejor final de 1500 metros que se ha visto jamás. El estadio de la Cartuja era una mole marrón estuco situada a las afueras de la ciudad, un poco en ninguna parte, improvisadamente para la ocasión. No hace falta aclarar qué tiempo hacía en Sevilla aquel mes de agosto: como siempre, asfixiante. Todos los accesos se colapsaron aquella tarde del día 24 porque iba a tener lugar una de las grandes pruebas del atletismo mundial, sobre todo para la delegación española: el milqui. Los rivales eran temibles, realmente buenos y variados, pero mi hermano y yo, apenas unos niños, soñábamos con un cajón ocupado por los tres representantes nacionales: Fermín Cacho, Reyes Estévez y Andrés Díaz. Con todo, mi padre no era tan optimista. Y no tardamos en darnos cuenta de que tenía bastante razón.»