Ay, abandonar un libro, cuánto duele si creemos que deberíamos estar disfrutándolo… Giovanni Rodríguez, Lecturas abandonadas.
« Recuerdo que durante mis primeros años como lector yo no empezaba a leer un libro sin la promesa de llegar hasta el final; es decir, de leerlo hasta la última página. Era una especie de ética autoimpuesta que me permitía mantener, aunque fuese sólo ante mí mismo, mi dignidad como lector.
¿Qué me obligaba a llegar hasta el final de cada libro que decidía empezar a leer?, me pregunto ahora, y puede que esa haya sido la pregunta implícita en aquel primer momento de mi particular historia como lector en el que decidí que no tenía que seguir leyendo el libro que sostenía entre mis manos, un libro que ahora, quince años después, considero de lo mejor que he leído en toda mi vida.»