Comenta Maximiliano Tomas algunos prólogos que él considera legendarios de Arlt, Capote, Walsh o Pynchon: El arte de familiarizarse con la propia ignorancia.
«También pondría, en ese libro imaginario de prólogos e introducciones, el de Operación Masacre, que contiene en sus primeras líneas el dilema moral que acecharía a Rodolfo Walsh toda su vida. ¿Es la literatura un arte burgués? ¿Se puede ser escritor y revolucionario? Walsh, en estas páginas, confiesa que siempre prefirió el ajedrez y la literatura fantástica antes que los asuntos de la vida política argentina, hasta que conoció a Livraga, aquel “fusilado que vive”, cuyo testimonio lo empujó a investigar los asesinatos de junio de 1956 en un basural de José León Suárez.»