Gran artículo de John Carlin sobre identificación tribal con un club de fútbol y la incapacidad para racionalizar ese sentimiento: Primates en pantalones.
«Muy pocos se libran de sucumbir al instinto tribal, el motor humano sin el cual el deporte como espectáculo y fenómeno social no sería lo que es, ni generaría el dinero necesario para pagar los enormes salarios de gente como Sergio Ramos. El amor al fútbol es secundario. El amor al fútbol incluso puede llegar a ser un impedimento porque, al permitir la posibilidad de apreciar las virtudes del otro, inhibe la fuerza de la demencia tribal»